viernes, 6 de marzo de 2009

Inteligencia y sensibilidad, el cine de Domingos Oliveira

No hace mucho que descubrí al veterano director, escritor y actor Domingos Oliveira (Rio de Janeiro, 1936). Me bastó ver “Separaciones” y, especialmente, “Todas as mulheres do mundo” para percibir que desde hacía mucho tiempo un director de cine no me conmovía de esa manera.
“Todas as mulheres …” (1967) es su primer, y para muchos, mejor film. Fue protagonizado por Paulo José y Leila Diniz (beleza, algún día postearé algo sobre ella). En esa época Domingos ponía punto final a un matrimonio de tres años con la propia Diniz. “El film es el retrato de nuestra separación. Fue doloroso pero a la vez necesario” reveló el director. Un Woody Allen carioca y un tanto contracultural en plenos ’60. No es Manhattan, es Gávea, Baixo Leblon en tiempos que el neoyorquino recién empezaba a filmar.
Hasta el presente dirigió y estrenó 14 películas y más de 50 obras de teatro (“Confesiones de mujeres de treinta” tuvo su versión argentina).
El amor es la obsesión temática de su obra, mixturada con reflexiones sobre el cine y el teatro. Ha creado, por así decirlo, un dogma, pero no de dogmático sino en defensa de la independencia artística. Por ejemplo: la inversión inicial de "Separaciones" (2003) fue de 30 mil reales y filmada en video digital, sin esperar subsidios y patrocinantes: “Esta situación (de conseguir recursos) convierte a los artistas en pedigüeños, me niego a perder el tiempo en pasillos de empresas”, decía por aquellos días.
Obviamente esta situación lo lleva, por ejemplo, a que su última película, “Juventude”, a pesar de haber sido aclamada por la crítica, sólo pudo estrenarse, en principio, en San Pablo.
Por lo que leí, en “Juventude” parece que la confusión sentimental de hace más de 40 años planteada en “Todas las mujeres...” persiste: tres amigos se reúnen (interpretados por Oliveira, Paulo José y Aderbal Freire Filho) hablan del amor, las mujeres y el paso del tiempo. “El tiempo pasa como un ratón en el salón”, dice en un pasaje uno de estos personajes. Muero por verla.
En estos días está buscando actores entre 40 y 60 años para una nueva puesta teatral. Si eres actor y andas por Rio de Janeiro, je.
En tanto, les cuento las películas que pueden encontrarse en la red:
“Todas as mulheres do mundo” (1967)
“Separaçoes” (2003, con subtítulos en Clan sudamérica), también autobiográfica, protagonizada por él mismo y su actual mujer, Priscilla Rozenbaum. Diálogos brillantes y antológicos que uno no puede parar de citar. Obtuvo el 1º premio en el Festival de Mar del Plata 2003.
“Feminices” (2005) algo así como “confesiones de mujeres de cuarenta”
“Carreiras” (2006) Basada la pieza Corpo a corpo, de Oduvaldo Viana Filho. Antes de los títulos, una pequeña declaración de principios de su BOAA -Baixo Orçamento, Alto Astral (bajo presupuesto, alto astral)

Pueden ver sus blogs:
bravonline.abril.com.br/blog/domingosoliveira/
dodomingosoliveira.blogspot.com/ (anterior)
domingosinprocess.blogspot.com/ (ideas sobre libros, obras teatrales y películas que aún no escribió)

Para terminar, seu Domingos, en el papel de Cabral en el film “Separaciones”, leyendo un texto caldeo del siglo IV a.c., sobre “el hombre lúcido”



Para quien quiera seguirlo en castellano:

"...es anterior al Egipto. Encontraron un documento. Salió una nota de 5 páginas en el diario.
Un documento escrito en piedra. Lo decodificaron luego de 6 meses, no sé cómo, algo de una actualidad impresionante. Sobre la lucidez. Sobre el hombre lúcido.
Bueno, sobre el sacerdote. Ya lo entenderán. Sacerdote y hombre lúcido en caldeo es igual.
Es impresionante. Hice una traducción libre...y la traje para Uds.
-¿Es muy largo, papá?
-¡Julinha! Hija, querida, quiero hacer un film épico para incluir este texto al final.
"El hombre lúcido sabe que la vida es una carga tal de sucesos y emociones, que jamás se entusiasma con ella, tampoco jamás le teme a la muerte.
El hombre lúcido sabe que vivir y morir son lo mismo en términos de valor, ya que la vida tiene tanto sufrimiento, que su fin no puede considerarse un mal.
El hombre lúcido sabe que es el equilibrista en la cuerda floja de la existencia. Sabe que por opción o accidente siempre puede caer al abismo, interrumpiendo la función circense.
El hombre lúcido también puede elegir la vida. Entonces agotará todas sus posibilidades.
Paseará por su campo abierto, por callecitas floridas, verá la belleza en todo.
Tendrá amantes, amigos, ideales.
Urdirá planes y los concretará.
Existirán infortunios y enfermedades y si le alcanza alguno, sabrá soportarlos con coraje y docilidad.
Morirá, el hombre lúcido, de causas naturales, en edad avanzada, cercado de hijos y nietos, que seguirán su magnífica aventura.
Habrá sobre la memoria del hombre lúcido, un aura de bondad.
Se dirá: "Aquél amó mucho. Hizo muy bien a las personas."
La justa ley máxima de la naturaleza obliga a que la misma cantidad de sucesos malos en la vida de un hombre sea de sucesos favorables. Pero el hombre lúcido, que optó por la vida, con permiso de los dioses, tiene el poder de alterar esa ley en su vida.
Los sucesos favorables serán siempre mayoría, porque es una cortesía de la naturaleza para con los hombres lúcidos."

(Extraído de los subtítulos ofrecidos en Clan-Sudamérica)

Fuentes:
Blog Na Minha Rolleiflex
Revista Moviola
Revista Istoé
Revista Bravo

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