Hay muchas dudas y pocas certezas. Por eso me gustó mucho un artículo que publicó Guilherme Medusa (de quien ya hemos hablado aquí, pero como guitarrista de la Banda Charrúa) en su flamante blog Inclassificavel y me animé a traducirlo. Las notas al pie son mías.
Los presentadores de televisión festejan el inicio de una nueva historia para Río de Janeiro. O fantástico(1) se transformó en el Aquí agora(2) limpio, dos horas sin sangre y nada sobre el número de muertos. Sites, blogs y comentarios en las redes sociales repiten la alegría de la limpieza olímpica que comenzó a ser hecha. Es uno de esos momentos brasileros en que los derechos se suspenden "temporariamente", para ciertas poblaciones, apoyados por los grandes medios y por la "opinión pública".
En las dos semanas siguientes a los ataques del PCC en São Paulo, en mayo de 2006, de los 505 muertos "civiles" apenas 118 fueron en enfrentamientos con la policía y al menos 142 personas fueron ejecutadas.
El famoso ómnibus 174 y la ejecución de Sandro Barbosa do Nascimento en vivo por televisión; 111 muertos en Carandirú en 1992 y otras millares de pequeñas historias.
Este año policías cariocas fueron sobornados para liberar a los jóvenes que atropellaron al hijo de Cissa Guimarães; un juez, su hijo de 8 años y su entenada de 11 fueron baleados en un operativo policial que el juez evitó por creer que era falso.
En qué momento, que yo probablemente me perdí, la policía carioca se volvió respetable, confiable y apoyada?
Ahí es cuando ella se torna confiable, a medida que realiza lo que desea la camada social que la mantiene, a quien responde.
Se percibe que existen dos pesos y dos medidas, dependiendo de la población.
La élite y los medios aplauden a la Policía Militar cuando ella contiene "al otro", independiente de la ley y en nombre del orden, y protesta cuando esa cultura, esa manera de actuar de las policías los afecta - y encuentra esos errores y equívocos como individuales, y no estructurales, como realmente son.
Peine fino, rastrillajes, búsquedas en las 30 mil casas del Complexo do Alemão. Decenas de muertos sin nombre y sin pruebas de que eran bandidos. No importa, son como los efectos colaterales de los bombardeos norteamericanos, vidas perdidas en nombre de algo superior.
El Complexo do Alemão será la vidriera de una política estatal que une la fuerza policial, a las medidas de cuño social y de infraestructura que están en desarrollo en la región. Sin embargo, como en varias áreas del gobierno Lula se ataca a los problemas urgentes e inmediatos, sin meterse de lleno con los poderes constituidos, como la reforma de las policías de todo el país.
Durante la dictadura militar el ejército y las policías en cierta manera dividieron sus funciones: el ejército cuidaba de los “crímenes” de opinión y políticos y la policía cuidaba del orden social, reprimiendo la criminalidad y a la población en las áreas marginales de las ciudades (las acciones de los grupos de exterminio a finales de los años 70 son síntomas de esta división).
Con la apertura democrática no hubo quiebre de la mentalidad en las policías del país. Su función de contención social poco cambió en estos 30 años.
Por otro lado en Rio de Janeiro una estructura criminal se apropió de otra en el decorrer de las décadas y hubo un aumento gradual del lucro y de la violencia. Primero el jogo do bicho, después los traficantes de drogas y ahora las milicias –que expulsaron a parte de los traficantes y asumieron sus negocios y su terror.
Cual es la posibilidad de que se produzca una operación de este tamaño para atacar a las milicias?
Notas:
(1) O fantástico es un tradicional magazine semanal de la rede O Globo
(2) Aqui agora era un noticiero ultrasensacionalista de los años '90 que se emitía en la rede SBT de Silvio Santos. Como curiosidad se puede decir que tenía la misma cortina musical que aquel Nuevediario de José de Zer & cia. Un trecho: